Me pongo delante del ordenador, ante la incredulidad de lo que acabo de escuchar en la rueda de prensa posterior al partido frente al Real Mallorca, en el que nuestro equipo, ha empatado a dos, en un encuentro, que al igual que ha empatado, ha podido perder y ganar.
No me gusta escribir después de escuchar las declaraciones de los protagonistas, pues pienso que me pueden influenciar a la hora de reflejar lo que yo he visto. Y tanto que lo han hecho. No daba crédito a lo que estaba escuchando en la sala de prensa. Una de las primeras frases que dice el “profesor” de Bailén es, HEMOS TIRADO LA PRIMERA PARTE. Y digo yo, ¿tendré yo la culpa? ¿La tendrán algunos de ustedes? ¿Hará el planteamiento del partido y la posterior alineación Monchi? ¿O acaso es el Presidente quien dice los que tienen que jugar? No creo que sea éste último, al que ya clasificó con un aprobado raspón la semana pasada.
Vayamos por partes. Creo que hay un detalle, que incluso yo no percibí, pero que me “soplaron” por SMS. Puso en liza a Varas; Cáceres, Fazio, Escudé, Navarro; Capel, Perotti, Medel, Rakitic, Romaric y Negredo.
A mí la alineación no me parecía mala en principio. Pues el marfileño Ndri Romaric, venía de hacer un buen tramo final del partido del pasado domingo, además de actuar de forma notoria con su selección. Pero claro, lo que yo no percibí, ni tampoco todos los amigos que estábamos en el twitter, es que el “maestro” Manzano, colocó a Romaric de media punta, con lo que la salida de balón del conjunto bermeyón era tranquila y pausada o rápida según le conviniera, pues si algo no tiene el marfileño, es precisamente capacidad de sacrificio y presión.
Motivo de ello, una jugada por la banda izquierda, termina con un centro al área que el japonés Aki, convierte en el uno a cero. Nuestro gozo en un pozo y todas las culpas de lo que ocurría, se las llevaba Romaric.
El partido entonces era un querer u no poder del Sevilla, que se veía superado una y otra vez en el centro del campo, llegando su delantero Nsue con peligro en algunas ocasiones ante la meta de Varas. Pero justo al cumplirse la primera media hora, un balón largo sobre Negredo, termina con el vallecano en el suelo. El trencilla pita penalti, que el propio delantero convierte en el empate a uno.
Entonces, en un acto de valentía sin parangón, en una especie de “iluminación divina”, el “catedrático” Manzano, retira del campo a Romaric y da entrada al canterano Rodri. ALELUYA. Si como lo están ustedes leyendo, no estoy de broma, ni mucho menos, Manzano da entrada a un jugador de la cantera y que estaba en el filial hasta hace pocas fechas.
Pero como he tratado de explicar antes, el problema del Sevilla radicaba en la facilidad con que se movía el Mallorca en la zona media. Tanto es así, que a las postrimerías de la primera mitad, el centro del campo visitante, deja que avance con total comodidad De Guzmán, que de fuerte disparo, bate a Varas poniendo el balón pegado al poste izquierdo.
Desconozco si ocurrió como el día del Barcelona, en que en el descanso, algunos jugadores hicieron ver al entrenador que se estaba equivocando y prácticamente ante una rebelión se vio obligado a rectificar, pero lo cierto, es que en la segunda mitad, el Sevilla fue otro. Con un Rodri extraordinario, un Negredo, aunque fallón, siempre con ganas y ofreciéndose. Un Medel que a pesar de la tempranera tarjeta de la primera parte, aguantó el tipo, aun en inferioridad numérica. Un Rakitic, mandón y creando siempre peligro a balón parado. Siempre jugando con criterio y rapidez. El segundo acto fue del Sevilla, aunque tuviera que ser una desgraciada del portero local Dudu Aouate, el que propiciara, que le cayera la pelota a Rakitic y pusiera las tablas definitivas en el marcador.
A partir de entonces, oportunidades clarísimas para los dos equipos y un resultado justo, que al Sevilla FC NO LE VALE ABSOLUTAMENTE PARA NADA. Ya lo señalaba la semana anterior, estamos más cerca del octavo, que no da derecho ni a la previa de UEFA que del cuarto, por lo que no entiendo la euforia desmedida que se ha vivido esta semana. Máxime cuando tenemos para desgracia nuestra, a un absoluto incapaz, al frente de la primera plantilla. Del tema Romaric, hablaremos extensamente esta semana en un post dedicado a ello.